En los últimos años, el mundo ha aumentado en la demanda de soluciones de almacenamiento de energía, impulsado por la creciente conciencia sobre las preocupaciones ambientales y la necesidad de fuentes de energía sostenibles. Entre las muchas tecnologías disponibles, las baterías de litio-ion han surgido como las líderes, alimentando desde teléfonos inteligentes hasta vehículos eléctricos.

Dentro del ámbito de las baterías de litio-ion, dos tipos principales se destacan: NMC (Níquel Manganeso Cobalto) y LFP (Fosfato de Hierro y Litio). Ambos tienen sus ventajas y aplicaciones únicas, pero también vienen con su propio conjunto de riesgos. En esta entrada de blog, exploraremos los riesgos asociados con las baterías de litio-ion NMC y LFP, destacando el compromiso de EP Equipment en el desarrollo de tecnología de baterías de litio segura.

¿Qué son las baterías de litio-ion?

Las baterías de litio-ion (baterías Li-ion) son un tipo de batería recargable que utiliza iones de litio como el principal componente para su operación. Se usan en electrónicos portátiles, vehículos eléctricos y muchas otras aplicaciones por su alta densidad energética, diseño liviano y naturaleza recargable.

La adopción de Li-ion por EP Equipment en la manipulación de materiales

Las baterías de litio-ion han sido ampliamente adoptadas en la producción de vehículos eléctricos. El EPT 12EZ de EP Equipment, introducido en 2016, ha hecho que las baterías Li-Ion sean populares en el mercado de manipulación de materiales.

Las baterías son favorecidas para transpaletas de entrada. Desde entonces, las transpaletas de nivel de entrada se producen principalmente con baterías Li-Ion. Sin embargo, la tecnología utilizada puede diferir significativamente, lo que lleva a diferentes características y estándares de seguridad.

Los materiales activos dan al litio-ion su nombre. Hay varios tipos de componentes químicos para construir baterías recargables de litio-ion. Los dos materiales más relevantes para la industria de las carretillas elevadoras son el Fosfato de Hierro y Litio (LFP) y el Óxido de Níquel Manganeso Cobalto (NMC).

Las dos caras del litio-ion: NMC y LFP

Entendiendo las baterías de litio-ion NMC

Las baterías de litio-ion NMC han ganado popularidad generalizada gracias a su alta densidad energética y costos de producción relativamente bajos. Vehículos eléctricos, laptops y teléfonos inteligentes comúnmente usan estas baterías. La química NMC, compuesta por níquel, manganeso y cobalto, ofrece un equilibrio entre densidad energética y salida de potencia. Sin embargo, este equilibrio tiene un costo.

Riesgos asociados con las baterías NMC

Fuga térmica

Uno de los principales riesgos asociados con las baterías NMC es la fuga térmica. Este fenómeno puede ocurrir cuando la batería se sobrecalienta y puede potencialmente incendiarse o explotar. Este riesgo aumenta cuando se sobrecarga, se perfora o se expone la batería a altas temperaturas.

Vida útil limitada

Las baterías NMC tienden a tener una vida útil limitada, especialmente cuando se someten a ciclos de carga y descarga frecuentes. Con el tiempo, la capacidad de la batería se degrada, reduciendo su eficiencia y usabilidad general.

Impacto ambiental

La minería y producción de cobalto, un componente crucial en las baterías NMC, plantean preocupaciones ambientales y éticas. La minería de cobalto daña el medio ambiente.

Explorando las baterías de Fosfato de Hierro y Litio (LFP)

Las baterías LFP, por otro lado, ofrecen una solución alternativa a estos desafíos. Son conocidas por su estabilidad, longevidad y características de seguridad mejoradas. Las baterías LFP utilizan fosfato de hierro como material del cátodo, que posee inherentemente una mayor estabilidad térmica en comparación con las químicas basadas en cobalto.

Ventajas de las baterías LFP

Seguridad mejorada

Las baterías LFP tienen una estabilidad térmica superior, lo que las hace resistentes a la fuga térmica incluso bajo condiciones extremas. Esta característica de seguridad inherente hace que las baterías LFP sean la opción preferida para aplicaciones donde la seguridad es primordial.

Vida útil más larga

Las baterías LFP exhiben una vida útil de ciclo más larga. Esto significa que pueden soportar un mayor número de ciclos de carga y descarga sin una degradación significativa. Esta longevidad no solo reduce la frecuencia de reemplazos, sino que también contribuye a un enfoque más sostenible del almacenamiento de energía.

Amigables con el medio ambiente

Las baterías LFP no contienen metales pesados tóxicos como el cobalto, lo que las hace más amigables con el medio ambiente. La producción y disposición de las baterías LFP tienen un impacto ambiental más bajo, alineándose con los esfuerzos globales hacia tecnologías más verdes.

El compromiso de EP Equipment con la tecnología segura

En la búsqueda de una solución de almacenamiento de energía más segura y confiable, EP Equipment adopta una tecnología segura. EP Equipment produce todas sus máquinas Li-Ion con baterías LFP para alimentar sus carretillas. El fosfato de litio es mejor manejando carga completa y alta tensión durante largos períodos en comparación con otros sistemas de litio-ion.

Calidad y seguridad en las soluciones Li-Ion de EP

EP utiliza celdas de alta calidad, dando prioridad a la seguridad. Nuestro objetivo es mejorar la densidad de energía y potencia mientras prolongamos la vida útil del servicio.

Soluciones personalizadas para diversas aplicaciones

EP adopta celdas LiFePO4 que funcionan en diferentes temperaturas para varias aplicaciones, incluso en condiciones climáticas extremas. EP ha estado diseñando y ensamblando soluciones de baterías personalizadas para diversas aplicaciones electrónicas. Hay 13 especificaciones en las celdas de baterías de litio para satisfacer los requisitos únicos de nuestros clientes.